Gran cierre de la Guelaguetza 2024


Con música y emociones encontradas se vivió la última de las actividades de la Guelaguetza 2024, fiesta en que diversas delegaciones llegaron a la capital del estado para mostrar a propios y visitantes parte de su cultura. Pese a la gran lluvia que envolvió el gran convite, que avanzó desde la Catedral de Oaxaca hasta el Barrio Mágico de Jalatlaco, la alegría no disminuyó y contagió a quienes admiraron la gran fiesta.

La celebración inició con la delegación Nitos Oaxaqueños, quienes encantaron a los presentes con sus vistosas canastas floreadas, faroles iluminados y coloridas faldas que se mecían al ritmo del alegre Jarabe del Valle. Su presentación llenó de vida y tradición el barrio mágico, evocando las tradiciones de la capital del estado.

San Gabriel Mixtepec, un pintoresco pueblo enclavado entre nubes en la región Costa de Oaxaca, deslumbró a los asistentes con una representación de su fiesta patronal, destacando las costumbres y ceremonias que enaltecen la identidad de este pueblo aguacatero. Así, entre versos, sones y chilenas, zapatearon cautivando a los presentes.

Desde la Sierra de Juárez, el público pudo disfrutar de las ricas tradiciones de San Juan Quiotepec, una localidad conocida por sus majestuosas montañas. Aquí, el tradicional baile La Flor de Quiote capturó la atención con su belleza y complejidad, mostrando la riqueza cultural de este pueblo.

Desde San Pedro Amuzgos, las mujeres exhibieron su arte y dedicación a través de sus intricados telares de cintura, plasmando sus sueños y visiones en cada pieza. Presentaron el encantador Fandango Amuzgo, un baile que refleja la profunda conexión de la comunidad con sus tradiciones. Además, mostraron las danzas y las celebraciones que se viven el carnaval de este pueblo de la Sierra Sur.

La delegación de Silacayóapam trajo consigo el vibrante Carnaval los Negros, una danza histórica que revive prácticas ancestrales de la mixteca baja, remontándose al siglo XIX. Este carnaval reunió a hermanos y hermanas en una festiva expresión de música y alegría, celebrando su herencia con entusiasmo y unidad.

El Jarabe de la Rosa y las chilenas de San Francisco Sola, en la región Sierra Sur, hicieron bailar al público con su energía contagiosa. Las mujeres, vestidas con blusas que representan la flora y fauna local, capturaron la esencia de su entorno natural en cada presentación, fascinando a todos los presentes.

Los impresionantes penachos y pasos llenos de historia de la Danza de la Pluma de Santa Ana del Valle no pudieron ser observados en el escenario del evento, pero si por las calles de Oaxaca, pues con la fuerte lluvia, el piso preparado para el momento, ponía en peligro a los danzantes que con agiles saltos ejecutan esta danza. Pero el público no se quedó con las ganas de disfrutar esta danza, que se ejecutó frente al Templo de San Matías Jalatlaco.

La Guelaguetza 2024 fue un mosaico de emociones que reflejó la diversidad y riqueza cultural de Oaxaca. Cada delegación, con sus danzas y tradiciones, aportó un fragmento único del patrimonio oaxaqueño, consolidando una vez más a este evento como una de las festividades más importantes y representativas de México y América Latina. La participación entusiasta de comunidades y visitantes resaltó la importancia de preservar y compartir nuestras raíces, haciendo de esta edición una experiencia inolvidable para todos los presentes.
Contenido por: Antonio Aquino / Helí Morales


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2024

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