Guelaguetza 2024: Primer Lunes del Cerro

La gran celebración en la Rotonda de las Azucenas comenzó en punto de las 10 am con una ceremonia de purificación que preparó al pueblo para recibir las ofrendas de las 15 delegaciones participantes de esta gran función. La Diosa Centéotl 2024. Juana Hernández López, de Santiago Juxtlahuaca, dio la bienvenida a los pueblos que este día, y durante meses, se prepararon para tan grato espectáculo que refleja las raíces más profundas de las etnias.

El pletórico auditorio vibró con la entrañable Llévame Oaxaqueña, canción que abre el paseo de las Chinas Oaxaqueñas de Genoveva Medina, quien, con el jarabe del valle, dieron apertura a los bailes y danzas del día. Del Istmo de Tehuantepec se presentó la delegación de Asunción Ixtaltepec, que haciendo un homenaje a los alfareros mostró la identidad del pueblo yati. La etnia afromexicana estuvo representada por la delegación de danza de los diablos de Santiago Llano Grande, que un año más hicieron, literalmente, vibrar el escenario con sus zapateados y gritos que recordaban la herencia africana de las danzas de esta zona de Oaxaca.

De la Costa nos fuimos a los límites de Oaxaca y Veracruz, con la presentación del Fandango de Loma Bonita, sones de jarana con sabor a piña que mostraron el esplendor de la zona del sotavento, que también comprende muchos pueblos de nuestro estado. De la Sierra de Juárez, se presentó el torito serrano de San Pablo Macuiltianguis, alegre baile que representando las corridas de toros que se viven en las fiestas del pueblo, llenaron de euforia a los más de 12 mil espectadores, que gritaban mientras las mujeres hacían caer a los hombres del escenario.

Por primera vez en los Lunes del Cerro, se presentó Santa Lucía del Camino, pueblo vecino a la capital del estado, que después de varios años de buscar una participación en la fiesta, se presentó con las mayordomías que convergen en la Semana Santa, una tradición viva en el municipio, llevando como bandera la frase “Que esta fiesta de hermandad, sea testigo del inicio del reconocimiento y respeto a nuestra identidad y a nuestra tierra”. Continuó la delegación de Villa Hidalgo Yalálag, que, tras varios años de no participar en la Guelaguetza, volvió con sus sones yalaltecos, una muestra de las muchas danzas de este municipio de la Sierra de Juárez. El jarabe ejuteco, de la ciudad de Ejutla de Crespo, mostró la alegría de esta zona del Valle Central y por supuesto, la danza de la pluma de la Villa de Zaachila, se ejecutó sobre el escenario de manera impecable, dando un espectáculo digno de los herederos de la etnia zapoteca.

La tierra de la inmortal Sandunga, Santo Domingo Tehuantepec, se presentó con la boda tehuana, fiesta que reúne a familias que se unen en diversas ceremonias que se mantienen vivas. Una de las delegaciones más esperadas fue la de San Juan Bautista Tuxtepec con su flor de piña, que fue aplaudido y vitoreado por todos.

En la recta final de esta primera función de la Guelaguetza, se presentaron las chilenas y el carnaval putleco de Putla Villa de Guerrero, cuadro representativo lleno de energía y emoción que dio paso a las chilenas zapotecas de San Pedro Pochutla, rincón de la Costa oaxaqueña que enamoró con su participación. La nostalgia de la Canción Mixteca no pudo faltar, y Huajuapan de León dio remembranza de la festividad al Señor de los Corazones, ejecutando como pieza principal de su presentación el jarabe mixteco.

Cerrando esta gran fiesta, se presentó la picardía de Pinotepa Nacional, alegres versos y chilenas cadenciosas que fueron las encargadas de dar por finalizada esta gran función de la Guelaguetza 2024. La función matutina del primer Lunes del Cerro es más que un espectáculo; es una manifestación de la identidad y el orgullo oaxaqueño. La Guelaguetza simboliza la solidaridad y la colaboración entre comunidades, valores fundamentales en la cultura de Oaxaca.