Homenajea la Feria Internacional del Libro Oaxaca 2016 a Raúl Zurita y Margo Glantz

Homenajea la 36 FILO al poeta chileno Raúl Zurita

Luego de la inauguración de la 36 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), este sábado en el Teatro Macedonio Alcalá se rindió homenaje a Raúl Zurita, uno de los más destacados poetas chilenos y ganador del Premio Iberoamericano de Poesía “Pablo Neruda” 2016, otorgado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) de Chile. El homenajeado compartió algunas palabras y su poesía con quienes se dieron cita a la ceremonia.

“Es una emoción, un honor que agradezco profundamente, y es que lo entiendo como un saludo a la poesía de chile. Quiero agradecerle a México, a esta ciudad maravillosa patrimonio de la humanidad que conocí por una canción que canta el poeta Hernán Bravo Varela, una canción muy triste llamada Naela”, expresó Zurita sobre su sentir al ser homenajeado en Oaxaca.

Al hacer memoria sobre los años de la dictadura en su país, el poeta dijo que “frente a la agresión verbal, psicológica del fascismos, del imperialismo, quiero decirles que Chile nunca olvidará ni tenemos palabras de gratitud suficientes para recordar la solidaridad, el compañerismo con el que el pueblo mexicano recibió a tantos y tantos de nuestros compatriotas en un momento tan difícil de nuestra historia”.

“Chile comienza en México, y México comienza en Chile. Somos un solo pueblo y si bien hay un dicho que dice ‘pobrecito México, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios’, quiero que sepan que tienen un Dios cercano, un Dios de la amistad de los otros pueblos, de la solidaridad de los otros pueblos, y que estamos profundamente a su lado en este momento”, continuó Zurita al refrendando los lazos entre ambas naciones, que se refuerzan a través de la FILO.

“La poesía es la esperanza de los que no tienen esperanza, la poesía es la posibilidad de los que no tienen absolutamente ninguna posibilidad, la poesía es el amor de los que carecen de amor. Toda esa esperanza, todo ese amor, toda esa posibilidad para nuestro destino común, para nuestra patria latinoamericana”, finalizó el homenajeado antes de leer algunos de sus poemas que fueron ovacionados por los autores, artistas, funcionarios y público chileno y mexicano que se dio cita en la ceremonia.

Antes de recibir un reconocimiento de manos de Guillermo Quijas-Corzo, director de la FILO; y Vania Reséndiz, presidenta de Fondo Ventura; ésta última refirió que “Raúl Zurita encarna como pocos esa voz que nos habla desde el arte y contra el olvido. Leerlo es adentrase en un viaje donde el dolor, la pérdida, el desgarro, se transforman en versos y construyen memoria y a la vez esperanza”.

“La FILO será un resonador de su poesía. Este público que hoy nos acompaña en el teatro, quienes caminarán por la feria en próximos días, todos ellos escucharán a Raúl y estoy segura que algo va a moverles en lo profundo. La literatura tiene ese poder, agitar metes y corazones en torno a una voz que se hace escuchar resonante y clara. La literatura es quizá la mejor aliada de la memoria, porque le permite preservar todo lo que acontece y ejercer la palabra para resignificar el mundo”, enfatizó Reséndiz.

Zurita fue preso durante la dictadura de Augusto Pinochet, encarcelado y sometido a tortura por su postura política. A partir de esto, el autor asumió la poesía como una forma de resistencia ante el dolor y la muerte. Asimismo, fundó junto con Diamela Eltit, Lotty Rosenfeld, Juan Castillo y Fernando Balcells, el Colectivo de Acciones de Arte (CADA), que convoca a la acción de “NO +”.

Entre otras obras, Zurita es autor de Purgatorio (1979), Anteparaíso (1982), El paraíso está vacío (1984), Canto a su amor desaparecido (1985), El amor de Chile (1987), La vida nueva (1995) y El día más blanco (novela de 1999). Fue agregado cultural en la embajada de Chile en Roma entre 1991 y 1994 y ha ganado importantes premio y reconocimientos tanto en su país como en el extranjero.



Margo Glantz y la memoria: tercer homenaje de la 36 FILO

Margo Glantz (Ciudad de México, 1930), una de las más destacadas escritoras mexicanas, fue homenajeada la tarde de este sábado en el Teatro Macedonio Alcalá por la 36 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), que en cada edición busca reconocer la vida y trayectoria profesional de personajes del arte y la cultura.

Mediante una charla donde Glantz se hizo acompañar de sus colegas Brenda Lozano y Diego Rabasa, se recordó la vida y obra de esta autora quien se ha destacado en la narrativa, el ensayo y la crítica literaria. Asimismo, se proyectó un video preparado por la FILO donde se narraron sus orígenes, una mezcla de Europa y México.

Glantz hizo gala de sus dotes literarias leyendo un texto sobre la memoria, sus recuerdos y obsesiones, donde relató que “desde muy joven la literatura era y sigue siendo mi conexión con el mundo. La biblioteca de mi padre era fundamental para mí, porque tenía libros en irish y en ruso. En español abundaban los volúmenes de poesía, poetas mexicanos, españoles, latinoamericanos, mitologías”.

Entre detalles de su infancia y juventud, Glantz reveló algunas características de sí misma como escritora, y dijo que “los mecanismos del recuerdo se han estudiado mucho. En mi caso particular creo que el recuerdo se produce a veces de manera espontánea, pero no se puede manejar la espontaneidad absoluta en una escritura como la que se produce en mis libros, totalmente autobiográficos, aunque podría alegar que si no son propiamente autobiográficos son autorreferenciales”.

“Parto siempre de un fragmento o varios, pero el fragmento por sí mismo es fragmentario. Esos fragmentos se construyen manejados por los recuerdos y a veces por ciertas apariciones. Dejar en estado puro de fragmento lo que se quiere armar como libro es peligroso, aislado el fragmento puede funcionar como el aforismo, el epigrama, el mini cuento, la fábula o el twitter”, continuó narrando la escritora sobre su articular forma de construir sus obras.

Para finalizar, contó a los asistentes un recuerdo más: “el de los colibríes que me visitan a menudo y veo volar y posarse, son la imagen pura de lo evanescente por su forma de volar, un movimiento incesante por la rapidez con que se produce y a la vez desaparece. Una relación muy hermosa entre el libar de las flores y el vuelo del colibrí plantea al mismo tiempo el presente de la escritura y la rapidez con que este presente se evapora, una pausa en el recuerdo, es otro ritual, el ritual se funda en un ejercicio de la memoria y de la constante y exacta repetición”.

Antes de entregarle un reconocimiento, Guillermo Quijaz-Corzo, director de la FILO, agradeció el apoyo a Glantz, quien ha sido una de las autoras más constantes en la feria. “Para la FILO es muy especial dar un reconocimiento a Margo. Ella nos ha acompañado desde el principio. Fue de las escritoras que confiaron en nosotros, como Sergio Pitol y José Emilio Pacheco”. Como reconocimiento y parte del homenaje, Glantz recibió de la FILO una pieza del artista plástico Francisco Toledo.

Margo Glantz es autora de importantes novelas como Las genealogías, Síndrome de naufragios y El rastro. Su obra ha sido reconocida con importantes premios, entre ellos el Xavier Villaurrutia, en 1984; el Sor Juana Inés de la Cruz, en 2004; el Nacional de Ciencias y Artes, en 2004; y el FIL de Literatura en Lenguas Romances, en 2010. Además, es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1995.


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"Tierra de dioses que nunca muere"
2016

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