Exposición "Piel y Enagua" de Gerardo Alfaro

Una Fotografía de la Exposición
En punto delas 6:30 de la tarde se dio inicio la inauguración de la exposición; se dieron palabras del director de cultura y del fotógrafo Gerardo Alfaro, que resalto con un gran orgullo ‘’Soy Ixtepecano, porque he tomado agua de coco y he comido totopo’’, ya que el no es nacido en esta hermosa región.

Una vez dicho procedió el corte de listón, dándole la bienvenida a decenas de personas que esperaban ansiosas para ver estas fotografías… Dentro de la sala, se pudieron degustar bocadillos y no podía faltar el tan rico mezcal para acompañar la platica.

SOBRE LA EXPOSICIÓN

“No tenemos tiempo para sentir, la paisana nomás se viste rápido y se va a la fiesta”, riendo irónicamente me dijo una de las modelos cuando le propuse pensar en su sensualidad. ¿Será cierto? En cada fotografía que tomé encontré todo lo contrario: son magia y sensualidad en amalgama, a tal grado que no se distingue la diferencia en la síntesis de su rica complejidad.

Hago un homenaje a ellas en la presente muestra, que habla con luz y sombras, colándose entre piel y enagua. Mis modelos son ciudadanas del Istmo, mestizas y culturalmente identificadas con la región, reales en su actitud y ser cotidiano. Es su altivez y apropiación de sí lo que excluye en la fotografía la posibilidad de ser consideradas por el observador como un objeto.

Durante la inauguración
No son modelos profesionales y sin embargo muestran con valentía generosa su ser, conscientes de su piel, dueñas de la turgencia, al explorarse transforman su estado y aparece la sensualidad. Las fotografié en el acto de vestirse, en soledad −forma distinta de concebir el desnudo− porque tal vez la intimidad propicia el abandono del pudor. Consideré además la vestimenta tradicional, para dejar en claro su identidad regional. Destaqué el resplandor, el refajo y la enagua como símbolos en tensión con lo carnal. El huipil apenas aparece como una prenda doblada o a un lado de otros elementos principales ya que la idea original, como he dicho, es fotografiar a la mujer en el acto de vestirse. También el mostrar un ambiente en soledad me sirvió para crear una liga poderosa con la intimidad que explora sueños y fantasías.

Procuré que la mujer reflejada en cada una de las imágenes no fuera “utópica”, es decir, una especie de reliquia o pequeña muñeca Tanguyú, sino una istmeña sobre todo pensante, creativa, ritual, humana, actual que no forme parte de un cuadro tradicional. Una modelo me preguntó si había problema con un tatuaje en su hombro, le contesté que lo mostrara: a pesar de la tradición vigente, la vida sigue su marcha, nuevas modas y costumbres aparecen como parte de la realidad.

© www.ViveOaxaca.org
"Tierra de dioses que Nunca Mueren"
2013

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