FILO 2012: Presenta Francisco Hinojosa su libro "Métodos efectivos del doctor Fuchi para corregir a niños malcriados"
Dante, el niño que no comía frutas y verduras; Cornelia, la niña que decía malas palabras; Ángela, la niña que no estudiaba; Tencho, el niño que se comía los mocos; y Marcelo, el niño que se hacía pipí en las albercas, todos son casos exitosos resueltos por el doctor Francisco Hinojosa que hoy presentó en la Alameda de León el método más novedoso y avanzado para tratar anormalidades patológicas en niños de entre 0 y mil 500 años, el Manual para corregir a niños malcriados.
Como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro Oaxaca 2012, Hinojosa ha dejado al descubierto las estrategias efectivas empleadas por el Doctor Fuchi para resolver tan trágicos y tradicionales problemas, niños que desafían al peligro, que molestan a sus hermano, que se apartan del camino. Acompañado por Charlie A. Secas, un caso que no pudo ser atendido a tiempo y que por tanto terminó trabajando como artista de los escenarios, el afamado médico nos ha dejado ver sus secretos.
Ésta es una de las historias de éxito: Rogelio es un niño oaxaqueño que “huele a guacareada”, “apesta a caca” “su ropa tiene nuevas manchas de comida cada día”, “se echa pedos” “sólo come tortas de chorizo, aguacate y frijol”, según los testimonios de sus compañeros.
Y continuaba el relato del tratamiento, en el que seguía una limpieza de dientes, orejas, uñas y ombligo que tardaría de cinco a seis horas. “Su hijo está muy grave. Mañana por la mañana pasaré con una ambulancia para llevármelo a la clínica del Doctor Fuchi”. A la mañana siguiente, la terapia había hecho efecto y el traslado a la clínica ya no era necesario, la madre, el padre y Rogelio estaban limpios, la casa seguía desordenada “pero al menos olía a jabón”.
Con su nuevo Manual para criar a niños malcriados Francisco Hinojos continúa las terapias que inició con La peor señora del mundo, Un tipo de cuidado y Malos, buenos y peores, en donde ha enseñado cómo la mejor forma para dejar de ser golpeado es agradecer el golpe, pedir un pisotón más, agradecer hasta que ya no quieran hacerle a uno “ese favor” de golpearlo.
© FILO OAXACA 2012
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"Tierra de dioses que Nunca Mueren"
2012
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